La Habana cierra cafeterías y promueve uso de cloro para luchar contra cólera

La Habana cierra cafeterías y promueve uso de cloro para luchar contra cólera

ARCHIVO

El brote de cólera que afecta a La Habana, y que fue confirmado hoy oficialmente, obligó a las autoridades a tomar medidas como el cierre de cafeterías, el uso de cloro para limpiar las manos y la publicación de carteles de advertencia en los que se evita mencionar el nombre de la enfermedad.

En el Cerro, el céntrico municipio de la capital cubana donde se detectó el brote a principios de enero, varios vecinos dijeron hoy a Efe que médicos y enfermeras han visitado sus casas interesándose por casos de diarrea y les advirtieron de que, ante cualquier malestar, deben informar de inmediato.

“Nos han alertado para que hirvamos el agua, lavemos y cocinemos bien los alimentos y nos lavemos las manos constantemente”, dijo a Efe Bárbara López, quien reside en ese municipio.





Otra vecina que se identificó como Olga afirmó a Efe que hace dos días un médico y una enfermera visitaron su edificio y les dieron a tomar “tres pastillas” de antibióticos y les repartieron gotas de un compuesto denominado hipoclorito de sodio para descontaminar el agua.

“Es para prevenir, lo están dando antes de que suceda”, afirmó Olga, quien dijo no conocer hasta el momento de ningún caso de la enfermedad en su barrio.

El Ministerio de Salud Pública informó hoy en una nota oficial que tras detectarse el brote de cólera en La Habana se han confirmado 51 casos y la trasmisión de la enfermedad “se encuentra en fase de extinción”.

La reaparición del mal tiene lugar después de que en agosto pasado el Gobierno diera por concluido un brote que afectó principalmente al este del país dejando tres muertos y 417 enfermos, según datos oficiales, después de cinco décadas sin casos de cólera en la isla.

La nota oficial de este martes, que no reporta fallecidos en la capital cubana, llegó días después de que varios blogueros y medios independientes alertaran de la existencia de casos de la enfermedad en varios municipios de la ciudad.

En la transitada Calzada del Cerro, Efe pudo constatar el cierre de negocios privados de venta de comida que según algunos vecinos dejaron de funcionar desde la semana pasada.

“Unos compañeros de Trabajo y Salud Pública del municipio nos retiraron el carné de trabajo porque tenían orientación de cerrar todos los negocios de comida procesada hasta nuevo aviso”, dijo a Efe el dueño de una cafetería privada que prefirió el anonimato.

A las puertas del Hospital Salvador Allende (Covadonga), ubicado en la principal avenida del Cerro, un vendedor de una cafetería estatal comentó que desde la semana pasada tienen prohibido comercializar comida y solo ofertan refrescos enlatados y cigarros.

Por los alrededores del mismo municipio, las autoridades han colocado carteles de “advertencia sanitaria” en lugares como tiendas, quioscos de prensa y cafeterías, aunque sin mencionar la palabra cólera.

“Ante cualquier síntoma o signo de fiebre, diarrea, vómitos u otros acuda de inmediato a las autoridades sanitarias. No se automedique”, reza un cartel que se repite en varios establecimientos y que además precisa algunas medidas preventivas como hervir el agua, lavar bien los vegetales y no defecar al aire libre.

La Terminal de Ómnibus Nacionales de La Habana ha cerrado varias de sus entradas y en la puerta principal hay trabajadores que rocían cloro en las manos de todas las personas que transitan por la estación, así como esterillas para limpiarse la suela de los zapatos.

En el interior de la estación, un pequeño cartel en la puerta de un salón de espera informa sobre cómo se pueden adquirir “enfermedades digestivas agudas”, sin referirse en concreto al mal del cólera.

En otros barrios, como el caso de Miramar, funcionarios de Salud Pública visitan domicilios donde se interesan sobre posibles casos de fiebre o diarrea, según constató Efe.

En Cuba, la última epidemia de cólera ocurrió en 1882 y hasta 2012 los últimos casos registrados databan de poco después de la revolución de 1959, por lo que los habitantes de la isla no están muy familiarizados con los síntomas de la enfermedad ni su prevención.

Las autoridades cubanas han insistido en que tienen control de la enfermedad gracias a la “vigilancia permanente” y la “capacidad de respuesta” del sistema sanitario del país, al tiempo que llamaron a “intensificar las medidas higiénicas”. EFE