El coordinador juvenil de La Causa R en el municipio Caroní, Luis Rafael Sequea Ochoa, fue asesinado durante un atraco que se cometió en la vivienda donde se encontraba reunido con un grupo de amigos a la una de la madrugada del domingo en el sector 25 de Marzo de San Félix.
Según dijeron testigos que acompañaban a Sequea, el joven de 27 años intentó calmar a los delincuentes que llegaron a la vivienda a bordo de motocicletas y sometieron a todos los que se encontraban en el porche de la casa.
Esto enfureció a uno de los hampones que lo obligó a arrodillarse y le disparó cuatro veces, impactándolo en la cara, intercostal, hombro y piernas, dejándolo muerto en el sitio.
El muchacho era hijo de la también dirigente causaerrista y ex diputada regional Raiza Ochoa Sorzano, y fue reconocido por su activismo político dentro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ya que participó en las dos campañas presidenciales de Henrique Capriles y en la regional de Andrés Velásquez.
El cadáver de Luis Sequea fue levantado por detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), y llevado a la unidad de Anatomía Patológica de este organismo.
Noche sangrienta
En las afueras de la sede del CICPC aguardaban familiares, amigos y dirigentes políticos, quienes lamentaron y repudiaron el hecho, indicando que forma parte del día a día en el que la inseguridad ha obligado a vivir a los venezolanos.
“Nueve homicidios ocurrieron entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en Caroní, la inseguridad nos está matando impunemente mientras nos hablan de Patria Segura y a Toda Vida. Hoy el hampa desatada acabó con la vida de un joven valioso, trabajador, entregado a su comunidad, luchador por la democracia y los derechos de todos los venezolanos. Esperamos que esta muerte no sea una más de las miles que quedan impunes en el estado Bolívar y todo el país”, expresó Cesar Ramírez, diputado al Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB).
Allegados del resto de las víctimas de la violencia del fin de semana en Ciudad Guayana también se encontraban en los alrededores del CICPC, en lo que se ha convertido ya en la macabra rutina de tramitar la entrega del cuerpo de un ser querido asesinado.