Un zumbido ensordecedor escuchan las personas antes de ser alcanzadas por un enjambre de abejas. En cuestión de segundos, la sensación se convierte en un dolor que se asemeja a como si se clavaran millones de alfileres hirviendo.Solo en el municipio Iribarren ha aumentado en más de un 78 por ciento la presencia de panales de abejas, que han sido retirados de espacios públicos por los cuerpos de bomberos.
Las altas temperaturas entre los meses de marzo y junio han hecho que los enjambres de abejas se desplacen a otros espacios más frescos para establecer sus colmenas. Tan solo en los siete meses del año 2014, el Cuerpo de Bomberos del municipio Iribarren ha realizado 376 extracciones de enormes colmenas, 50 más que el año pasado.
Las parroquias Santa Rosa, Tamaca y Juan de Villegas, son las que más casos de extracciones de colmenas han reportado este año. “Han hecho migraciones y suelen ir a zonas concurridas”, precisa el sargento-ingeniero Luis Abarca, miembro del Cuerpo de Bomberos del municipio Iribarren.
En Iribarren, el último enjambre registrado en las estadísticas fue el pasado 31 de julio en el sector 3 de La Carucieña. Un grupo de habitantes de dicho sector no esperó la llegada del cuerpo de bomberos y decidió rociar la colmena grande con gasoil. La medida dejó el saldo de 20 personas con picaduras que fueron atendidas de emergencia en el ambulatorio.
“En el 90 por ciento de los casos donde se registran picaduras, es porque las abejas son perturbadas por las personas”, señala el sargento Abarca, quien recomienda que las personas cierren todas las ventanas de la casa y se mantengan alejadas de la colmena.
Leer la nota en La Prensa de Lara