Violencia, criminalidad, intolerancia: Contra eso también se necesita el cambio por @damianprat

Violencia, criminalidad, intolerancia: Contra eso también se necesita el cambio por @damianprat

El asesinato, por demás horroroso y repugnante, del diputado (Psuv) Robert Serra y de la joven María Herrera ha estremecido al país. Mas allá de las enormes diferencias con la actuación política del ex activista estudiantil oficialista y parlamentario, la inmensa mayoría de los venezolanos han (hemos) expresado la repulsa mas clara a ese crimen, cuyas circunstancias y los móviles de los asesinos aún no han sido determinadas por las autoridades, al menos hasta la hora de redactar éstas líneas. Lo han condenado con dolor sus co-partidarios y lo han repudiado, sin ningún género de dudas, los dirigentes, parlamentarios y activistas de la Unidad Democrática, es decir, la oposición, la que con total legalidad y legitimidad trabaja y lucha por cambiar un modelo político de gobierno que nos tiene sumidos en la mas terrible crisis económica pero también en una honda crisis de violencia y criminalidad como jamás habíamos conocido.

No pocas personas apuntan, con razón, que homicidios y crímenes con ribetes de espanto ocurren a diario. Cerca de 25 mil venezolanos murieron por la violencia en 2013 y algo similar tenemos en lo que va de 2014. Somos el país con mas muertes por violencia en toda América en proporción a número de habitantes. Estamos tan mal como aquella Colombia de los años 70 y 80 cuando la violencia de las Farc, de los paramilitares y de los carteles de la droga mandaban. Caracas (mas de 400 asesinatos en septiembre) es una de las 5 ciudades con mas crímenes en el mundo. Ciudad Guayana es la número 17. En éstos primeros 9 meses del año en Guayana han sido asesinados 34 niños. Un horror.

Lo peor es que a esas cifras espeluznantes se le suman la saña con que se cometen muchos crímenes y la futilidad de los motivos de miles de homicidios. La impunidad es enorme, de mas del 80%, lo cual es sin dudas un factor multiplicador de la violencia. Igual que la situación de las cárceles, convertidas en “escuelas” y epicentros del delito peor que nunca antes. Es un drama terrible saber que miles de niños y adolescentes están involucrados como víctimas o victimarios. Es, en fin, una epidemia de violencia que por años fue negada por el gobierno (“es sólo una sensación de inseguridad inventada por los medios”, fue la infeliz expresión de varios altos funcionarios) y ante la cual solo bajo presión los ministros del ramo anuncian “operativos y planes” que son mas propaganda que efectividad.





No obstante, cuando la víctima es alguien de gran notoriedad, como ocurre hoy con el diputado Serra y hace un año con la ex Miss y actriz Mónica Spears, el impacto en la opinión pública es mucho mayor que con otros miles de casos. Puede parecer injusto pero es así como sucede. Aunque, por cierto, se trate de casos diferentes. La joven actriz fue asesinada por una banda hamponil, incluyendo varios menores, que operaba por años en medio de la impunidad. Delincuentes sin castigo que seguían delinquiendo “in-crescendo”. Parecido a ese hay miles de homicidios todos los años en todas las regiones. El asesinato del diputado, dicen las primeras versiones de las autoridades, asemeja mas a un sicariato y el ministro del Interior dice que tiene las características de haber sido “planificado”. Sicariatos y venganzas también suceden por cientos.

Vivimos hoy en una sociedad enferma de violencia. Terriblemente enferma de criminalidad e intolerancia, aguzada por la impunidad, la indolencia de años desde el poder, el modelaje de conductas de atropello, del “me-da-la-gana”, los discursos glorificadores de la violencia y la imposición. El “paraíso” de las armas de fuego ilegales. Los cientos de funcionarios policiales asesinados -sin mediar palabra- para robarles sus armas de reglamento. Los niños que delinquen –empezando por delitos menores- sin que haya ningún plan, programa o autoridad del estado que se ocupe de trabajar socialmente con el muchacho y su familia para rescatarlo por lo que los delitos van subiendo en gravedad.

Un ejemplo positivo lo han dado los dirigentes de la oposición democrática. Los mensajes que han dejado en las redes, sus declaraciones formales y hasta la postergación de la manifestación de protesta que estaba prevista para el sábado como forma de respetar el dolor de los partidarios del gobierno, son acciones alentadoras. Quiebran la artificial polarización del odio. Muestran talante democrático. Marcan la diferencia. Demuestran que “no se puede uno parecer a lo que se quiere cambiar”. Rompen con la intolerancia fanática. También se han visto algunos mensajes prudentes de algunos funcionarios gubernamentales que son una buena contribución. Ojalá se extiendan.

Lamentablemente, hay otros mensajes irresponsables como el de uun diputada que acusó del crimen, sin mas, a “la burguesía” (que es una de las formas como con intención malsana califican ellos a los -por lo menos- 7 millones de opositores). De tan positivo impacto sería la actitud de diputados y dirigentes de la Unidad Democrática que anoche Cabello estalló airado (“no necesitamos sus condolencias”). Pareciera que le molesta todo lo que rompa la división de odios entre venezolanos. Parecida actitud intolerante mostraron, como era de esperarse, algunos grupitos del extremismo fanático. Esos que son “oposición furiosa de la oposición” y también del gobierno.

TIP 1: Detalles a no olvidar: 1.- El 12F, ante las muertes por disparos de Juancho Montoya y BassilDaCosta, de inmediato, altos funcionarios sugirieron a “la oposición” como responsable y, no faltaba mas, la acusaron de “fascista”. Como se sabe, los videos, testimonios y el tiempo demostraron que los presuntos homicidas -acusados ahora incluso por fiscalía- eran funcionarios policiales, en un caso, y un “colectivo” en el otro. Los dos jerarcas nunca pidieron excusas. 2.- Cuando asesinaron a Eliécer Otayza, hubo altisonantes discursos irresponsables sobre la culpabilidad de “la oposición”. Todo concluyó en que fiscalía y jueces han acusado y condenado a varios delincuentes. El agua quedó derramada.

TIP 2: Repudio y rechazo a dictadores y extremistas de izquierda o derecha. Repudio y rechazo a violadores de Derechos Humanos de todo signo y tiempo. Ni Pinochet ni Fidel. Ni Franco ni “Chapita”. Ni Mao, Stalin, Gadaffi o Mussolini. No acepto a cultores de la violencia y los crímenes. Ni Farc ni Paracos. No pido, espero, ni apoyo golpes militares.

TIP 3: Ni soy policía ni investigador. Ni siquiera periodista de la fuente de sucesos. Pero por simple sentido común repito preguntas que he visto formular en las redes y de las que no he visto explicaciones: ¿Y los escoltas de Serra donde estaban?. ¿Cómo entraron los asesinos sin aparentemente violentar nada? ¿Por qué tanta saña con él y con la jóven?.