Revelan causas de la tragedia aérea ocurrida en el Auyantepui

Revelan causas de la tragedia aérea ocurrida en el Auyantepui

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Las causas que originaron la tragedia aérea que le costó la vida a cinco personas el 18 de enero de 2012 en el Parque Nacional Canaima, fueron finalmente reveladas casi tres años después por el asesor de víctimas de accidentes aéreos en Latinoamérica, William Dugarte. NP

Según Dugarte, quien participó en investigaciones privadas en los casos de Santa Bárbara Airlines de 2008 y  Conviasa en 2010 entre otros siniestros aéreos,  la caída del helicóptero Bell 206L-4 siglas YV-1985 de Lloyd Aviation se debió a la ruptura de una de sus palas del rotor principal.





Dicha fractura y posterior desprendimiento de una sección del extremo de una de las palas hizo que la aeronave perdiera sustentabilidad y girara de forma descontrolada, estrellándose con gran fuerza sobre la cima del Auyantepui.

Negligencia mortal

De acuerdo a lo informado por William Dugarte, la pala del helicóptero se rompió a consecuencia de un daño que había sufrido con mucha anterioridad y nunca fue detectado por la empresa propietaria del aparato, responsable de garantizar el mantenimiento y la operatividad segura del mismo.

“El daño producido en la parte superior de una de las palas penetró la lámina de aluminio del material que protege al cuerpo principal de esta pieza y permitió su exposición al efecto agresivo del medio ambiente, facilitando así la corrosión y conllevando a un agrietamiento por fatiga que se fue extendiendo hasta producirse la fractura total”, apuntó el experto.

Sin embargo, Dugarte adujo que un siniestro aéreo es el lamentable resultado de una serie de factores que van acumulándose hasta generarse el hecho, por lo que dio a conocer algunos detalles que en conjunto desencadenaron el desplome del YV-1985 aquel 18 de enero de 2012.

“La empresa propietaria de la aeronave no poseía un director de mantenimiento ni un director de control de calidad para el momento del accidente, tal y como lo establecen las regulaciones aeronáuticas venezolanas, ni disponía de un personal de supervisión de los mantenimientos requeridos para las aeronaves que operaba, violando así los establecido en la Regulación Aeronáutica Venezolana 145.17”.

“Además, la compañía carecía en ese entonces de un manual general de mantenimiento, programa de mantenimiento y lista de equipos mínimos aprobados por la autoridad aeronáutica para cada aeronave que operaba, entre otros detalles e irregularidades  que evidencian una falta de supervisión que pudiera haber detectado a tiempo la fisura que se venía generando en la pala del rotor principal  del helicóptero, y así se evitar el trágico accidente que enlutó a varias familias”, aseveró.

Dugarte comentó que aunado a lo antes expuesto, el Bell 206L-4 no se encontraba aeronavegable para la fecha del suceso, pues pese a contar con un certificado de aeronavegabilidad emanado por la autoridad respectiva, sus propietarios no acataron una directiva internacional emitida por el fabricante estadounidense de helicópteros Bell, la cual debió ser de cumplimiento obligatorio.

Aunque William Dugarte no quiso hablar sobre las acciones legales que lleva adelante su equipo en relación a este caso, subrayó que es preocupante y lamentable que algunos operadores aéreos que obtienen grandes beneficios económicos por sus vuelos en zonas turísticas no cumplan con la responsabilidad de velar por la seguridad de sus pasajeros, respetando las regulaciones aeronáuticas y ejecutando un constante mantenimiento que garantice la vida de quienes utilizan las aeronaves.