El Tiempo: La historia del colombiano que se enriqueció con el régimen de Maduro

El Tiempo: La historia del colombiano que se enriqueció con el régimen de Maduro

Esta es la mansión que Alex Saab levantó en Barranquilla tras haber sido acusado de ser el gran testaferro de Nicolás Maduro. Hoy se indaga de dónde sacó el dinero para construirla.
Foto: Cortesía Autoridades

 

En revancha por el desplante que personal de un exclusivo club de la Costa le hizo, al impedirle la entrada y hacer trizas su credencial, el empresario Alex Saab decidió levantar un exótico y lujoso palacete en Barranquilla. Demolió 5 casas en el exclusivo barrio El Golf, importó mármol para sus pisos e instaló dos canchas de tenis con suelo de arcilla, zona húmeda y dispositivos de seguridad. Así lo reseña eltiempo.com

No sirvió de nada que allegados le pidieran mantener bajo perfil, después de que la fiscal venezolana en exilio, Luisa Ortega, lo graduó de testaferro de la fortuna oculta del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.





Ese año, 2017, además de terminar el palacete –valorado en 23.000 millones de pesos por autoridades, y en solo 12.000 millones por sus allegados–, Saab siguió ejecutando el millonario contrato de suministro de alimentos para los más pobres de Venezuela, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

Además, hizo 132 viajes, algunos con el pasaporte diplomático que le dio Antigua y Barbuda, y empezó a amenazar con demanda a quienes lo señalaban.

Pero, para ese momento, el exclusivo club no era el único inquieto por sus polémicos negocios con el régimen venezolano. Agentes de Estados Unidos, oficiales de Israel, la Procuraduría mexicana y autoridades colombianas también empezaron a esculcar sus cuentas y negocios, y se toparon con varias sorpresas que Saab deberá explicar.

Hoy, en su contra hay desde un caso por lavado de activos, por 125 millones de dólares, que cursa en Colombia, hasta un proceso por la reventa de alimentos en mal estado, por un 112 por ciento de su valor, en la que avanza México.

Además, desde 2015 se rastrean sus supuestos nexos con el señalado grupo terrorista Hezbolá. Detalles de esa indagación, así como el caso por lavado, le fueron filtrados hace un mes al entorno de Saab por Eddi Pinto Rua, miembro del Grupo Antiterrorista de la Dijín. El sujeto pidió plata a cambio de entregar datos sobre estas pesquisas, que, tal como lo reveló EL TIEMPO, son de conocimiento de Estados Unidos y de Israel.

A pesar de este prontuario, el penalista Abelardo de la Espriella dice que se trata de especulaciones sin fundamento contra su cliente, de 46 años.

“El tema de Hezbolá es tan cinematográfico y absurdo que ni siquiera merece un pronunciamiento de fondo (…). En cuanto al caso por lavado, daremos la pelea jurídica para demostrar su inocencia”

“El tema de Hezbolá es tan cinematográfico y absurdo que ni siquiera merece un pronunciamiento de fondo (…). En cuanto al caso por lavado, daremos la pelea jurídica para demostrar su inocencia”, dijo.

Pero la Dirección Especializada contra el Lavado, de la Fiscalía, y la Dijín piensan diferente.

Si bien Saab insiste en que no hay nada ilegal detrás de sus negocios en Venezuela y Colombia, sus hermanos, Amir y Luis Alberto, y su exesposa Cynthia Certain Ospina habrían salido del país, cuando el investigador de la Dijín filtró las pesquisas.

Circulares azules

De hecho, EL TIEMPO supo que la Fiscalía evalúa acusarlos y declararlos en contumacia (reos ausentes), para que la Interpol los ubique con circulares azules.

Todos están vinculados a Shatex S. A., una empresa de confección de ropa registrada en 1998 por la exesposa de Saab, con un capital de 10 millones de pesos.

Según peritos contables, cuando Saab se convirtió en accionista, en diciembre de 2004, la firma empezó a registrar importaciones de fibra sintética y telas, por más de 9.161 millones de pesos. Supuestamente, la mercancía venía de Baréin, Corea del Norte, Taiwán, India, China, Hong Kong y Pakistán.

A la vez, empezó a exportar ropa a Australia, Venezuela y Ecuador, por 15.869 millones de pesos. Y a recibir supuestos pagos de mercancía, por 16,4 millones de dólares, desde Caracas.

Los dólares preferenciales fueron girados luego a cuentas del Citibank y el HSBC de Panamá, al Bank of India y al JP Morgan de Nueva York, al Washington Mutual y hasta al Leumi de Israel.

Y si bien se podría tratar de un próspero surgimiento empresarial, Bancóldex dejó en evidencia que Myer Stoe, una de las firmas australianas a la que Shatex dijo venderle 410 millones de pesos en mercancía, no recibió siquiera una blusa. El hallazgo se hizo tras una transacción de descuento de facturas.

Y como estas, la Fiscalía y la Dijín hallaron decenas de exportaciones. A demás, la alteración de la contabilidad de Shatex y evidencia de que, estando inactiva fue vendida a Gastón Ureta Ariza, en 2014, porque él lograría que el Gobierno de Venezuela les pagara una jugosa deuda.

¿Para qué quería tantas confecciones Venezuela?

También se encontró la falsificación de la firma del revisor fiscal, Róbinson Díaz, a quien Saab le está pagando abogado, después de que la Fiscalía le imputó concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportación o importación ficticia, estafa agravada y lavado. Por esas mismas conductas también fue capturado Devis Mendoza, contador de la firma.

 

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