Crisis en Venezuela: El auge de las adopciones ilegales en el país

Crisis en Venezuela: El auge de las adopciones ilegales en el país

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En Venezuela, sometida a una de las peores crisis económicas de la historia reciente, trabajadores de los servicios de salud y de protección a la infancia aseguran que los abandonos y las entregas irregulares de bebés son cada vez más habituales, publica BBC Mundo en su página web.

Nelson Villasmil, miembro del Consejo de Protección del Niño y Adolescente del Municipio Sucre, le dijo a BBC Mundo que en los últimos tiempos ha visto un repunte de los casos en los que pequeños nacidos de madres adolescentes o en familias de bajos recursos son entregados a otras personas al margen de los cauces legales para la acogida y la adopción.

Villasmil trabaja en una zona de Caracas afectada por la delincuencia y la marginalidad. Detrás de una mesa llena de expedientes pendientes, le dijo a BBC Mundo: “La crisis está favoreciendo los caminos verdes (atajos)” y cuenta que siempre había habido casos de mujeres que llegaban pidiendo inscribir un niño que les habían “regalado”, pero ahora ocurre con más frecuencia.

Como sucede en otros ámbitos, en Venezuela desde hace muchos años no se difunden datos oficiales, por lo que la cuantificación exacta del fenómeno depende de los cálculos de los expertos y de las ONG.

Leydenth Casanova, vicepresidenta de la fundación benéfica Colibrí, dijo en 2018 que su organización había detectado un aumento de un 70% en los casos de bebés abandonados en la calle o a la entrada de dependencias públicas.

Ni el Ministerio de Comunicación ni el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idenna), el organismo encargado de velar por los derechos de la infancia, respondieron a una solicitud de comentarios.

 

Sin anticonceptivos ni aborto legal

Los expertos han identificado las causas detrás de una problemática visible a simple vista en las calles venezolanas, especialmente las más populares.

Un informe publicado en 2018 por Cecodap señaló la escasez y el alto coste de los anticonceptivos como una de las razones del alto número de embarazos no deseados.

También denunciaba las carencias en materia de educación sexual, lo que a la postre conduce a “una clara vulneración a los derechos sexuales y reproductivos de las adolescentes venezolanas, quienes tienen cercenada la posibilidad de decidir sobre su sexualidad y controlar su reproducción”.

La ley venezolana sobre el aborto es, además, muy restrictiva y solo lo permite en casos de peligro para la vida de la madre, lo que, según han denunciado activistas feministas, aumenta los riesgos derivados de las interrupciones clandestinas del embarazo.

Así que muchas mujeres jóvenes optan directamente por el abandono.

“Aquí nos encontramos con que muchas veces las madres, sobre todo las adolescentes, no quieren llevarse a los niños después de dar a luz”, explica una trabajadora sanitaria de la maternidad Concepción Palacios, una de las más concurridas de Caracas.

Según cuenta, ahora son tres los retoños que viven de los cuidados y buena voluntad del personal de este centro sanitario. “A veces pasan meses aquí. Yo he acabado encariñándome con más de uno”, dice.

 

Por qué no se adopta legalmente

Las Villas de los Chiquiticos, el centro de acogida a menores que la fundación Fundana tiene en Caracas, vive en los últimos tiempos al límite de su capacidad. Sus responsables aseguran que tienen más niños necesitados de una familia que nunca.

Parejas heterosexuales de mediana edad acuden allí en busca del hijo con el que sueñan y se les aconseja solicitar, antes que la adopción, una medida temporal de acogida.

La adopción legal se halla en una “situación catastrófica”, afirma la investigadora Angeyeimar Gil, debido a que “es muy burocrática y no sigue los lineamientos internacionales”, lo que hace de la acogida una opción más rápida y fiable para las familias que quieren recibir legalmente a un menor.

La Ley Orgánica de Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), aprobada en 1998, establece claramente las condiciones y etapas que debe cumplir el proceso legal de adopción, pero los expertos indican que el espíritu garantista de la ley choca con la realidad del deterioro y la precariedad que se han adueñado de los organismos públicos competentes en los últimos años por la crisis.

La LOPNNA atribuye un papel clave a la institución de los Consejos de Protección, que son los encargados de dictar las primeras medidas de acogida, pero estos trabajan con cada vez menos recursos.

“Antes sus técnicos se desplazaban y le hacían seguimiento a los casos, pero ahora no tienen medios para eso”, señala una cuidadora.

Los bajos salarios de sus integrantes, que en la mayoría de los casos no superan el equivalente a US$8 mensuales, ha hecho que muchos abandonen su puesto y ha llevado a la contratación de personal sin cualificación para trabajar en un campo tan sensible como el de la protección de la infancia, denuncian.

A esto se suma el atasco en los Tribunales de Protección y en el Idenna, a quienes corresponde valorar la idoneidad de las familias candidatas a adoptar.

“Al final es el Idenna el que acaba decidiendo arbitrariamente”, lamenta Gil.

 

Niños sin identidad

Son muchos los factores que contribuyen al auge de los circuitos irregulares de adopción y colocan a los pequeños en situación de vulnerabilidad.

Cecodap describe como un “desmantelamiento” lo ocurrido en los últimos años con el sistema de protección a la infancia en Venezuela.

Las carencias son tales que a veces dificultan incluso que los recién nacidos reciban un nombre y una nacionalidad.

El papel para certificar el nacimiento de los bebés ha escaseado en los hospitales.
Una investigación del portal de noticias Crónica Uno reveló en 2018 que la escasez del papel con el que se elaboran los certificados de nacimiento llevó a que durante meses neonatos de todo el país abandonaran los hospitales sin el preceptivo documento.

En consecuencia, era imposible inscribirlos debidamente en el Registro Civil, lo que abría la puerta a diversas irregularidades.

Angeyeimar Gil elaboró un informe sobre el tema en el que denunció que la “violación del derecho a la identidad” supone “un factor de riesgo para situaciones de trata de personas, comercio de órganos y rapto”.

Para Nelson Villasmil la situación actual de Venezuela solo permite una conclusión clara: “Ser niño hoy día en este país es muy triste”.

 

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