Ángel Machado: Desnudos ante la pandemia

Ángel Machado: Desnudos ante la pandemia

Durante dos años estuve escribiendo y publicando mis artículos, después de un tiempo sentí la necesidad de darme una pausa y dedicarme a otros proyectos, sin embargo la cuarentena y el aislamiento social me motivo de nuevo a escribir y, es que lo que estamos viviendo ha alterado el curso de nuestras vidas.

A lo largo y ancho de la historia moderna pocos eventos han cambiado los sistemas o han generado un cambio estructural en ellos, si me preguntan cuál considero que fue el último evento que generó un cambio estructural en el sistema antes de la pandemia por la COVID-19, me atrevería a decir que la disolución de la URSS.





La primera conclusión que me ha dado toda esta situación es que a todos nos tomó por sorpresa y diría para ser un poco más gráfico, nos agarró desnudos. Un virus que tuvo su origen en China, donde el mundo fue testigo de cómo se elevaron los niveles de histeria en el gigante asiático y cómo fue multiplicándose en la región, Irán, Corea, entre otros; fuimos testigos de los altos niveles de contagios, de cómo empezaron a aparecer las primeras víctimas del virus y desde mi perspectiva, siento que el mundo occidental le prestó poca atención y desestimó la magnitud de nuestro enemigo.

La realidad es que la COVID-19 llegó a Europa y colocó en alarma a países como Italia y España, países que tienen un sistema de salud de primer mundo con médicos preparados, con insumos, con servicios públicos. Y se demostró que en la crisis han sido desordenados, no han logrado encerrar el virus, durante días vimos como las cifras de fallecidos y contagiados crecían sin parar, de hecho el paciente uno de Italia con COVID-19 volvió a contagiarse nuevamente, una muestra del fracaso al momento de controlar el virus.

Gran Bretaña, ha sido otro país que desestimó el virus, en principio aplicaron la estrategia de que se contagiará 60% de la población y de ahí se generarían los anticuerpos, hasta que el Colegio Médico de Londres le afirmó al primer ministro, Boris Jhonson, que si mantenían esa postura 500 mil ingleses fallecerían.

Cuando movemos la brújula y venimos a nuestro continente, vemos cómo el presidente Donald Trump ya ha afirmado que su primer problema dejó de ser la economía y, ahora se concentra en frenar la COVID -19, hoy por hoy Nueva York puntea cualquier estadística de contagios y hemos visto como poco a poco los estados en el norte han venido paralizando sus jornadas de trabajo.

Este largo contexto me pareció necesario para poder entrar en Venezuela donde estamos desnudos ante la COVID -19 o cualquier otra crisis sanitaria. La situación actual de nuestro sistema de salud es básicamente una tragedia, los hospitales están en las ruinas, con pocas o nulas capacidades operativas, sin insumos y sin servicios públicos eficientes. La estadística indica que 60% de nuestros hospitales no tienen acceso a agua potable. Muchos doctores deben fabricar sus tapabocas y sus propias caretas, porque el Ejecutivo no ha logrado abastecer de insumos a nuestros médicos.

Durante 20 años el chavismo y Maduro se encargaron de convertir el sistema de salud de Venezuela en el sistema de salud de Uganda. Con esta realidad donde solo tenemos 84 camas con respiradores ¿cómo podemos tener una respuesta efectiva ante un virus que ha dejado de rodilla a las grandes potencias del mundo? No podemos hacerlo, simplemente no podemos hacerlo, sin embargo lo que si podemos hacer es asumir la prevención como estrategia para evitar contagios masivos en Venezuela, asumir la prevención como el ABC para evitar una mortandad en nuestro país. Se es que la situación nos obliga a evitar el contacto entre nosotros, que por hoy no podemos abrazarnos que nuestras actividades cotidianas han pasado a un segundo plano y es así, llegarán de nuevo los días para abrazarnos y compartir, pero por estas semanas debemos de ser responsables debemos de unirnos ante un enemigo que invisible, que se mueve rápido y no discrimina.

Sigamos el ejemplo de Alemania que durante varias décadas han sido líderes en la unificación de sus ciudadanos y muy disciplinados en sus reglas, justo por eso hoy Alemania tiene una tasa de mortalidad de apenas 0,94% sin medidas extremas solo siendo prevenidos y solidarios entre ellos mismos.

Tomemos esta batalla como una batalla propia, como una batalla nuestra, preparémonos para lo peor, preparémonos para estar contagiados, pero preparémonos para prevalecer.

¡Fuerza y fe!

@angelmachadove