Javier Maldonado, un padre de familia quien tiene a su cargo a sus cinco hijos, su esposa y a su suegra; relató que hace meses dejó de trabajar en la economía informal donde se desempeñaba vendiendo dulces y empanadas; para pasar al mundo de la recolección y la venta del hierro viejo.
Por: Corresponsalía La Patilla
“Al principio me daba pena salir a la calle con una carrucha para colectar el hierro, aluminio y todo lo que sea chatarra; pero era eso o seguir aguantando hambre”, acotó Maldonado.
Explicó que este negocio deja algún dinero extra, pero para poder verle el “queso a la tostada” debe vender un aproximado de cien kilos de chatarra para obtener 30 millones de bolívares.
Sentenció que él entró en el negocio por un conocido, quien le comentó lo que pagaban por la chatarra. Así empezó a sacar cuentas y sumergirse en ese mundo. Ahora sale con sus hijos a recorrer las calles para conseguir el aluminio, acero y todo su derivado.
“Me tocó hacerlo, porque ya nadie compra chucherías o comida, pues el sueldo no da ni para comerse dos empanadas, ahora menos con esta reconversión”, aseguró Maldonado.
Sin embargo, Estefany Brito no está de acuerdo con esta “nueva de forma de vida”, pues asegura que muchas personas están invadiendo estructuras abandonadas para desvalijarlas.
Por lo que hizo un llamado a las autoridades para que “le pongan un ojo a esta situación y no solo verifiquen de donde estas personas sacan la chatarra, sino a quien se la venden y a donde va a parar”.