Alisher Usmanov, uno de los tres hombres más ricos de Rusia y figura cercana a Vladimir Putin, decidió que su yate lleve el nombre de su madre: Dilbar. Este miércoles, la lujosa embarcación fue noticia no por amarra en un puerto de Europa sino porque Alemania decidió su incautación como parte de las sanciones impuesta a Moscú por la invasión a Ucrania.
Por Clarín
El superyate, valuado en casi 600 millones de dólares, fue incautado después de que el multimillonario fue sancionado por la Unión Europea (UE). Según consignó Forbes, la embarcación se encontraba desde octubre en los astilleros que la empresa alemana Blohm+Voss tiene en la ciudad de Hamburgo.
Con sus 156 metros de eslora el Dilbar es el cuarto yate más largo del mundo, con un peso de 1.500 toneladas. Sólo es superado por el Azzam, de 180 metros, propiedad del príncipe Al Walid bin Talal, el hombre más rico de Arabia Saudita; el Dubai (162 m.), de Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernante del Emirato de Dubai; y los 170 metros de eslora del Eclipse de Roman Abramóvich, accionista mayoritario del Chelsea.
Sin embargo, el superyate de Usmánov no tiene nada que envidiarles, ya que en sus 3.800 metros cuadrados de superficie cuenta con la mayor piscina que cualquier otra nave de estas características, con 180 metros cúbicos. Pero además hay lugar para dos helipuertos, sauna y gimnasio.
El Dilbar tiene capacidad para alojar hasta a 40 personas, pero lo curioso es que es atendida por otras 80, que forman parte de la tripulación. El dueño de esta lujosa embarcación, que fue bautizada en Bremen en 2015, es el tercer hombre más rico de Rusia y el número 99 de la lista que tradicionalmente elabora Forbes.
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