Carlos Ochoa: ¿Dónde estamos?

Carlos Ochoa: ¿Dónde estamos?

La izquierda latinoamericana ha mutado a populismos autoritarios como el caso de Venezuela y a populismos que guardan más o menos las formas democráticas, el denominador común es la redistribución  populista rentista no la lucha de clases ni los estatismos a gran escala, Cuba, Venezuela y Nicaragua representan lo más atrasado y por eso con la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia es posible que algunos miembros del Foro de Sao Paulo se replanteen su apoyo a estos autoritarismos sin llegar a la ruptura.

Para entender este giro hay que leer entre líneas las declaraciones de Petro y las del posible vencedor en Brasil Lula Da Silva, estas voces se unen a las del joven presidente chileno Gabriel Boric, cada uno a su manera han manifestado su desacuerdo con los excesos autoritarios de Maduro y Ortega, con Díaz Canel de Cuba han sido tímidos,  por lo que representa para la izquierda  su fracasada revolución.

Cuba ya no es ejemplo de nada para la retórica de la izquierda y los únicos que apuestan a mantener a los dinosaurios con vida son los que transitaron el camino de desmontar la democracia, conculcar las libertades y aferrarse al poder alineándose con el despotismo oriental que está pisando fuerte en América Latina.





China, Rusia e Irán tienen como objetivo común construir con aliados como Venezuela un polo de poder que ponga en jaque no solo a los Estados Unidos como primera potencia económica y militar, sino a toda la civilización occidental con sus valores democráticos y libertades sin destruir al capitalismo como sistema global, la guerra en Ucrania está afectando la economía europea, ese es el objetivo que está logrando Rusia, que ya tiene control y acceso de su flota al Mar Negro en territorio ucraniano, pero mientras dure el conflicto que ya cumplió 6 meses, el suministro de gas y petroleó ruso se mantiene cerrado lo que ocasiona una crisis energética que dispara los precios afectando las economías y los hogares de casi toda Europa que se ha visto en apuros e intenta  implementar   medidas parciales para solucionar un problema creado por Rusia, en el momento preciso para generar la crisis que en estos momentos tiene al mundo de cabeza. 

Rusia y Ucrania seguramente van a negociar un alto al fuego, con la consecuencia casi inevitable de la perdida de territorios para Ucrania, porque la guerra está estancada y Rusia ocupa parte de Ucrania sin que puedan avanzar o ser desalojados por los ucranianos, que tienen el apoyo de los Estados Unidos y las naciones democráticas del mundo.

Con ese panorama de una posible negociación antes del invierno, el petroleó venezolano pierde importancia estratégica y es muy posible que las sanciones impuestas al régimen sean desempolvadas y con estas, las causas de la justicia internacional que no se han detenido  sigan su curso, en conclusión se acaban las vacaciones y Maduro no tiene plata porque ha quemado las reservas intentando detener la caída del bolívar que luce inevitable.

Si Maduro no termina de dolarizar y en Europa se llega a una tregua, el petroleó venezolano ya no será tan deseado y los inversionistas que se requieren para poner a tono el negocio petrolero no van a llegar.

¿Qué va a hacer Maduro sin real? Creo que no tiene vocación de suicida y sabe que la protesta va a crecer, lo sensato sería sentarse de nuevo para negociar unas elecciones, que si se ve apurado va a adelantar con ventaja, si no negocia, su apoyo externo e interno se va a convertir en una tormenta perfecta que lo va a obligar a enfrentarse a los factores de poder que lo mantienen al frente.

 ¿Qué va a hacer la oposición? La verdad que con el enredo que tienen con el tema de las primarias y lo dividida que está, la tesis del líder emergente no necesariamente salido de los partidos está cobrando fuerza si es el caso y se acuerda una salida electoral que en este momento no se ve por ninguna parte.