Domingo Alberto Rangel: Dialoguen sobre el agua, idiotas

Domingo Alberto Rangel: Dialoguen sobre el agua, idiotas

Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

El alza de precios que en esta semana pasada sufrieron productos de la dieta básica, tienen varias explicaciones y cada bando polarizado aprovecha la que más le conviene. Muchas de estas explicaciones son dignas de la literatura de ciencia ficción y también pudieran servir de guión para una serie de esas donde todo se explica a partir de una conspiración.

Así hay quienes desde la bobería supina recuerdan, como si estuvieran descubriendo el mar Caribe, que los bonos, presupuestados y acordados desde el año pasado, pagados en estos días tras un tira encoje, a empleados públicos … “empujaron los precios al alza”.

Y trataron de darnos clases… como si un gobierno que en la Asamblea vota el presupuesto del año siguiente no debe tener en cuenta ese tipo de detalles… para evitar devaluaciones.





Pero hay quienes sueltan la bola de que fue el gobierno –omnipotente por lo visto- quien cómo el Gran Maestro del ajedrez, planificó la entrega de bonos y la consecuente alza de precios -unos 200 millones de dólares-… para devaluar y culpar a otros por la subida de precios que era previsible en un país que sigue importando hasta papel tualé.

Operación sanitaria que sigue en pie décadas después de que se sembró Uverito… para evitar según decían el gasto en divisas que significaban el papel para limpiarse el trasero y el de los diarios.

Se habla de especuladores y del gobierno “inyectando 200 millones de dólares… para estabilizar el mercado”.

Bien… apartando las boberías polarizadas de todo esto, queda claro que el alza de alimentos y productos no tiene una explicación única… porque todas las teorías ayudan aunque no aclaren.

Obvio que ha habido comerciantes especuladores que se aprovechan pero eso ha existido desde que éramos parte del imperio español y tampoco me parece que esa explicación… ante la cual no hay antídoto… es la más importante. Hay que ver “más allá”.

Si nuestra ignara casta politiquera se molestara en observar cómo evolucionan las economías de Europa y los Estados Unidos en vez de acusarse mutuamente deberían colaborar patrióticamente para que la ola de esta nueva Guerra Fría que estamos viviendo… nos cause el mejor daño como ciudadanos y como propietarios de un territorio.

La inflación que ha traído tanto la pandemia con su reclusión que tanto viene afectando las economías de todo el mundo… como la guerra entre USA y Rusia… donde Ucrania es el monigote… ha puesto a escalar los precios en todo el mundo… y donde eso no ha ocurrido… hay desabastecimiento.

En Francia las vitrinas de los grandes almacenes ofrecen durante todo este verano hasta 70 % de descuento… en los precios escalados. Y eso significa “algo”… salvo para nuestros alegres politiqueros.

Pero hay otro fenómeno que nos va afectar y es la sequía que sufre gran parte de Europa y el oeste de USA y norte de México. Este fenómeno ha mermado las cosechas y la cantidad de ganado a beneficiar.

Ambos fenómenos obviamente empujan los precios hacia arriba.

En Sudamérica gran parte del altiplano andino, a diferencia de Venezuela, tiene problemas con el agua.

En mi país hay agua suficiente pero la irresponsabilidad con que se manejó el problema eléctrico en tiempos de Hugo Chávez… tiene a parte del territorio sufriendo por falta de agua que como se sabe las más de las veces requiere bombeo al momento de ser repartida a la población.

Y este problema que incide en la posibilidad de aumentar la producción de los alimentos que en Venezuela gente y ganado hemos de consumir… no aparece en la agenda diaria de discusión política.

Todos los factores hablan de “dialogar”: unos refunfuñan porque en México por los momentos no se puede negociar quitar inhabilitaciones a pillos que en algunos casos dejan a Cristina Kirchner en pañales.

Otros rezongan porque no los admiten en el diálogo pero ninguno presenta temas para unir que es el otro anhelo de la población cansada de tanta pelotera.

Un gran tema para dialogar y buscar soluciones inclusivas es el del agua.

No es asunto difícil… pero cuando falta el patriotismo y sobra la ignorancia… la solución no está “a la vista”.

Lo de los precios que con una Europa y USA comprando alimentos por el mundo y vendiendo vinos baratos… es más complicado de resolver toda vez que en Sudamérica la nueva Guerra Fría distrae y en vez de ver posibles socios… nuestras “élites” políticas… ven competidores.