La pelazón chavista la obligó a vender frutas, verduras y ropa vieja: “Aún así no me alcanza la plata”

La pelazón chavista la obligó a vender frutas, verduras y ropa vieja: “Aún así no me alcanza la plata”

 

 

 





Un grupo de ciudadanos, en su mayoría de la tercera edad, protestaron la mañana de este jueves frente a la plaza Piar de Maturín en reclamo por las míseras pensiones que paga el régimen de Nicolás Maduro. Los manifestantes aseguraron que cada mes las pensiones valen menos, por lo que muchos se ven obligados a hacer otra actividad para sobrevivir.

Corresponsalía lapatilla.com

De acuerdo a la cotización del Banco Central de Venezuela, el monto actual de las pensiones equivale apenas a 16 dólares, casi la mitad de lo que equivalía en marzo cuando se anunció el aumento. Mientras tanto, el precio de la canasta básica alimentaria ronda los 400 dólares, según el Observatorio Venezolano de Finanzas.

El presidente de la Asociación de Educadores Jubilados del estado Monagas, Carlos Núñez, expresó su rechazo ante lo considera una “jubilación de hambre”. Ante esta situación, manifestó que tanto trabajadores como pensionados y jubilados deben percibir al menos 400 dólares para adquirir productos de la cesta alimentaria.

Ahorita una persona no puede sobrevivir con un salario de 16 dólares. Es por ello que exigimos que los salarios sean llevados a 470 dólares. Con lo que recibe actualmente, el jubilado en Monagas tiene dos opciones, o compra comida o compra las medicinas. No es posible que todos los servicios públicos hayan sido dolarizados, mientras los salarios siguen siendo en bolívares”, indicó Núñez.

Por su parte, Tibisay Lucas, una de las manifestantes, señaló que tuvo que seguir la recomendación de la actual ministra chavista de Educación, Yelitze Santaella, de buscar un trabajo adicional para sobrevivir a la crisis. En su caso, tuvo que montar un puesto en el mercado vendiendo diferentes cosas, además de lo que su hijo le envía del extranjero.

La excelente ministra de Educación antes de irse de la gobernación recomendó a los docentes buscar qué vender, como vender cambur, papa, ropa vieja. Tuve que hacerlo, pero aun así no me alcanza, porque no todos los días se vende. Un hijo que está en el exterior es el que me ayuda”, contó Lucas.