En Venezuela, criminales se disfrazan de médicos y esconden delitos tras las batas

Un trabajador de la salud mueve una camilla por un pasillo del Hospital Universitario, uno de los más importantes en la formación de médicos del país, en Caracas el 3 de junio de 2021. – El salario más alto de la administración pública no llega a los 10 dólares, incluso después de un aumento decretado por el presidente Nicolás Maduro de casi el 300%, pero diluido desde el principio por la hiperinflación galopante que azota al país. (Foto de Pedro MATTEY / AFP)

 

 

 





 

Son consideradas como personas inescrupulosas y de mentalidad criminal, aquellos que desde la clandestinidad buscan sacar provecho económico sin importar las lesiones o hasta muerte que puedan causarle al paciente. Es la denuncia latente desde el gremio médico y especialistas ante más de 82 casos entre ejercicio ilegal e intrusismo en el país que lleva el Cicpc desde enero hasta septiembre de 2022. Odontología es la más vulnerada por usurpadores con más de 400 denuncias y superan los 150 procesados. Es la realidad que juega al desprestigio de especialistas y expone la salud de la población en general que busca atención a un costo accesible.

GUIOMAR LÓPEZ // LA PRENSA DE LARA

Desde el Ministerio Público (MP) se reconocía el aumento desde mayo de 2022 con más de 65 investigaciones abiertas, mientras la División de Investigaciones de Delitos contra la Salud Pública del Cicpc también confirmaba más de 60 detenidos y la recuperación de 7.964 medicamentos y 4.836 equipos médicos hasta julio de 2022. Cifra que subió en septiembre con otros 22 casos y que en su mayoría siguen siendo falsos odontólogos u ortodoncistas.

Como si se tratara de un “negocio” rentable, se ven hasta hermanos de usurpadores, tal como Richard y Alexander Manrique Suárez, de 44 y 47 años, quienes fingían ser odontólogos en San Cristóbal. Un caso parecido es el de Jesús y Jenny Díaz, de 22 y 44 años, trabajando libremente en Anaco.

También se presta para que sujetos con antecedentes penales se escondan tras la bata blanca. Tal como pasó con Ronald Flores Vásquez, quien atendía en dos consultorios como esteticista y odontólogo desde hacía tres años en la avenida Carabobo de Barquisimeto y sector Valle Lindo de El Cují, estando solicitado por violencia física agravada. Otro solicitado por lesiones graves de mala praxis fue Francisco Rivas, sexagenario caraqueño que se hacía pasar por odontólogo.

Una falsa psicóloga, Dioselis Molina de Lovera (57) que durante 10 años ejerció en Miranda y se valió del título falso de la UCV para trabajar en el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente del municipio Guaicaipuro de Los Teques. Mientras que otro falso psicólogo infantil durante 15 años fue Nelson González Infante (59), tan hábil que fundó una escuela de fútbol en Caracas y así “orientaba” a adolescentes, aprovechándose para abusar sexualmente de una de las menores.

Un trabajador de la salud mueve una camilla por un pasillo del Hospital Universitario, uno de los más importantes en la formación de médicos del país, en Caracas el 3 de junio de 2021. – El salario más alto de la administración pública no llega a los 10 dólares, incluso después de un aumento decretado por el presidente Nicolás Maduro de casi el 300%, pero diluido desde el principio por la hiperinflación galopante que azota al país. (Foto de Pedro MATTEY / AFP)

 

 

 

 

 

El asombro se supera en el Zulia con Jonathan Sánchez, quien atendía como internista y emergenciólogo, teniendo registro policial por robo de vehículo. Lo descubren al atender a una detenida y al ser abordado por funcionarios no pudo justificar sus credenciales.

No tienen perdón

Para Huniades Urbina, vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina, la población está expuesta a gente tan criminal que se anuncia con diversas especialidades y sin tener la debida formación académica, menos aún esos estudios de alto nivel. “Desde el Ministerio de Salud y Contraloría Sanitaria deben tener mayor supervisión”, precisa que las autoridades deben estar atentas a los anuncios públicos y supervisar el acto médico.

Reitera que por lo general se anuncian con precios baratos y la colectividad debería confirmar en los colegios médicos.

Todo frente a los riesgos de someterse a personas sin experiencias, recordando que el intrusismo se trata de profesionales que prestan servicios sin ser especialistas y el ejercicio ilegal aplica en los usurpadores que pueden ser estudiantes, creerse expertos por ciertos diplomados o cursos largos, asumir el tiempo de experiencia desde la observación sin la debida academia.

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