Espacios públicos en Caracas están bajo “la ley del aplique” y vacíos legales

Espacios públicos en Caracas están bajo “la ley del aplique” y vacíos legales

Espacios públicos en Caracas están bajo “la ley del aplique” y vacíos legales | Foto: Tal Cual

 

Ciudadanos, ya sea en moto o carro, así como los parqueros, aplican sus propios métodos para ocupar las aceras, calles y avenidas de Caracas. Algunos la denominan “la ley del aplique”, que en la realidad se traduce en la “ley del más fuerte”. Para Juan Carlos Vidal, exconcejal y abogado municipalista, la falta de legislación en materia de espacios públicos convierte el vacío legal en “un gran negocio para las alcaldías”. Nelson Faraco, abogado y asesor de la Comisión de Desarrollo del Concejo Municipal de Libertador, asegura que desde el 2017 no existe una ordenanza de convivencia ciudadana en ese municipio, tampoco una ley que regule, expresamente, el uso indebido de estos espacios y circulación

Por Zulvyn Díaz | Tal Cual





El Área Metropolitana de Caracas, compuesta por cinco municipios y al menos 60 avenidas principales, se transforma en caos en lugares neurálgicos de la ciudad, debido a la toma del espacio público por parte de los mismos ciudadanos, ya sea en carro o moto, o los parqueros, también conocidos como cuida carros.

En las avenidas Urdaneta, Solano, Casanova (municipio Libertador) y calles contiguas, por mencionar algunas, pueden contarse hasta cinco parqueros en una misma cuadra. Muchos se apoderaron de las calles y aceras, que apartan con conos y cualquier objeto, para quienes puedan pagar por tener su vehículo “vigilado” mientras hacen un trámite, van de compras o visitan un familiar.

Aunque algunos piden colaboración por “el servicio de vigilancia”, otros tienen tarifa y hasta más cara que la de estacionamientos privados (Bs. 12 en tarifa plana).

“Esto para mí es la ley de calle, la ley del aplique. Yo tengo derecho a pararme donde puedo sin tener que pagarle 20 bolívares a esos tipos”, comenta una conductora que se bajó a recoger una encomienda frente al Parque Los Caobos, en Bellas Artes. Achaca la situación “a la dinámica espontánea que surge de la falta de ley y de la improvisación, que luego es institucionalizada y se queda así”.

La mujer asegura que el único motivo por el cual paga “es como para que no le pase nada a mi carro, para evitarme daños, no porque sienta seguridad de que me lo cuiden”.

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