Tener una mala vida sexual puede afectar a tu cerebro, según un nuevo estudio

Tener una mala vida sexual puede afectar a tu cerebro, según un nuevo estudio

Se sabía anteriormente había algún tipo de conexión entre la función sexual y cognitiva, incluso en adultos mayores. Imagen: George Rudy (Shutterstock).

 

Es posible que muchos no necesitaran a la ciencia para llegar a la misma conclusión, pero si existían dudas, aquí tenemos a los científicos para certificarlo. Sí, una mala vida sexual podría predecir problemas de memoria en tus últimos años. Si estás en ese grupo, todavía estás a tiempo de remediarlo.

Por GizModo 

Lo cierto es que en estudios anteriores ya se había encontrado que había algún tipo de conexión entre la función sexual y cognitiva, incluso en adultos mayores. Sin embargo, el nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad de Penn State utiliza un enfoque novedoso al tener acceso a datos que les permitieron seguir a las personas a lo largo del tiempo.

Lo que encontraron: que los hombres de mediana edad que informaron una disminución de la satisfacción sexual y la función eréctil a medida que envejecían también tendían a experimentar un mayor deterioro cognitivo al mismo tiempo. Es más, de los resultados se sugiere que nuestra salud sexual está estrechamente relacionada con la salud de nuestro cerebro, aunque se debe investigar más para saber el alcance de esta conexión.

Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron los datos de cientos de hombres mayores inscritos en un estudio en curso que está tratando de precisar los factores genéticos y ambientales que afectan el cerebro de las personas que envejecen. En el mismo, se incluyeron más de 800 hombres en el análisis del equipo, con una edad promedio de 56 años al comienzo del mismo. Estos hombres respondieron preguntas sobre sus vidas y se les evaluó la cognición y la memoria en tres momentos del estudio durante un período de 12 años.

Según ha explicado el coautor principal Riki Slayday:

“Cuando mapeamos la relación a lo largo del tiempo, encontramos aumentos o disminuciones en la función eréctil y la satisfacción sexual se asociaron con aumentos o disminuciones concurrentes en la función cognitiva. Estas asociaciones sobrevivieron al ajuste por factores demográficos y de salud, lo que nos dice que existe una conexión clara entre nuestra vida sexual y nuestra cognición”.

Los autores concluyen que su trabajo es un claro indicativo de esa relación entre la salud sexual y el cerebro, pero como decíamos, se necesitan más trabajos parecidos para dilucidar la dirección de esta relación, es decir, si uno causa al otro o si ambos están influenciados por otro factor no contabilizado.

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