Today’s Bytes: Los efectos de una reunión mal manejada

Today’s Bytes: Los efectos de una reunión mal manejada

 

Siempre se está en la búsqueda de descubrir los secretos de ser un mejor gerente y una forma de estudiar esto es a través de la identificación de los efectos del sabotaje indirecto que puede ocurrir en las organizaciones.





Especial de Laszlo Beke

Este tipo de obstrucción involucra el comportamiento de miembros del equipo que pueden confundir, desmoralizar o retardar acciones. Los gerentes-saboteadores pueden tratar que tres personas participen en una aprobación, cuando bastaría con una sola persona. Asimismo, hay empleados que propagan rumores inquietantes. También puede ser que cuando se le haga una pregunta, la persona intencionalmente provea explicaciones largas e incomprensibles.

Precisamente uno de los espacios, donde este tipo de situaciones son más reconocibles ocurre en las reuniones, dónde pueden estar presentes personas que traten de convertirlas en armas de destrucción. Esto puede incluir la programación de reuniones cuando hay trabajo más importante que realizar, el intervenir mucho innecesariamente en las reuniones, el reabrir temas ya resueltos o hacer planteamientos irrelevantes cuando sea posible. La lista es larga y entre otras formas, puede además incluir:
– Programar reuniones híbridas y para maximizar la ineficiencia, una vez reunidos en la sala, iniciar conversaciones paralelas para sembrar confusión en los asistentes remotos.

– Cuando la persona está en Zoom, pretender que no escucha nada.

– Realizar llamadas telefónicas durante la reunión.

– Llegar tarde consistentemente a las reuniones. Si se tiene coconspiradores, programar en forma coordinada y en secuencia las llegadas tardías.
– No tener una agenda para la reunión.

– Si existe una agenda, aplicar la “ley de la trivialidad”. Esa se refiere a enviar el tema a comités imaginarios a las que se le solicita que decidan sobre propuestas irrelevantes.

– Nunca estar de acuerdo con los acciones a tomar.

– Decir cosas como que “no hay malas ideas”, de manera que todos ofrezcan sus malas ideas.

Si quién lee esto y en forma inadvertida esté actuando de esta manera, le convendría conocer los protocolos del comportamiento apropiado en una reunión. ¡Por otro lado, si está tratando de causar disrupción, otros lo pudieran estar detectando a futuro!!


Se hace referencia a The curse of the badly run meeting. También aparece en mi Blog .