El reto de 2024 en Venezuela: organización electoral y por el poder, por Abraham Sequeda

El reto de 2024 en Venezuela: organización electoral y por el poder, por Abraham Sequeda

Para muchos este 2024 suponía otra etapa de agonías y pocas expectativas en el futuro; es decir, días de lánguida quietud. Afortunadamente se presenta este año con varias alternativas, ninguna de ellas digna de aburrimiento, todo lo contrario: la frase “Pienso, luego existo” de René Descartes, será demandada como una práctica cotidiana.

Tener el poder sobre el ejecutivo nacional, debe hacerse a través de una elección presidencial, aunque estamos claros que por otras vías generalmente violentas o viciadas de nulidad, son utilizadas y efectivas. Pese a esto en el marco de la “Democracia”, primero hay un triunfo electoral y luego se accede al poder. Ganar la elección es una necesidad, lograr el poder es opcional.

El poder político y su legitimidad se sustenta en un proceso de construcción de ese poder, una distribución sobre la institucionalidad y el ejercicio propiamente dicho. La meta es conformar un entorno propicio para lograr efectos deseados en la población y un futuro promisorio. En todo caso, la propuesta política de acción de gobierno está atada indisolublemente con esos mecanismos.





Con lo anterior se llega a determinar, que si no se coloca en práctica la propuesta, no va a pasar nada y es en realidad un hecho común también en Venezuela, pero el resultado es que no se logra el poder. Muchos se pierden aquí porque no es una obligación y a decir verdad, para los incapaces y débiles es lo más cómodo.

Lograr el poder significa hacer lo que se dice o lo que se dijo para alcanzar una victoria electoral; si esto es correcto, entonces la claridad de objetivos lleva a tener mucho cuidado con la dimensión operacional de esta etapa. Entonces si realmente se va hacia adelante con los pilares fundamentales de la transformación, los recursos y la diferenciación son claves.

Al tener dudas en la aplicación del plan programático de transformación, que no se diga nada hasta bien adentrada la contienda y puede utilizarse cualquier recurso por una victoria electoral, luego se estudiarán las oportunidades y amenazas.

Dos premisas están sólidamente instaladas en cada discusión estratégica para el establecimiento del liberalismo político en Venezuela: la formación y largo aliento. La teoría recomienda superponer con la realidad, determinando ¿dónde estamos ahora? ¿Con qué contamos? ¿Qué queremos lograr? ¿Qué necesitamos?

Los antecedentes en la historia de la forma de hacer política en el país, más la experiencia actual, hacen necesario trabajar en la afirmación de alcanzar el triunfo electoral y lograr el poder.

@abrahamsequeda