En un sorprendente giro digno de una película de terror, lo que comenzó como un misterio de “monstruos en las paredes” pronto se convirtió en una pesadilla de proporciones sorprendentes y a la vez, un tanto inverosímiles.
Por El Diario NY
Todo comenzó cuando Ashley, una madre de familia de Estados Unidos, notó que su hija había estado quejándose de escuchar extraños ruidos provenientes de las paredes de su habitación. Intrigada y un poco preocupada, la mujer decidió investigar más a fondo. Lo que encontró dejó a la familia completamente conmocionada: una enorme colonia de abejas vivía en su casa, justo debajo de su techo.
Este descubrimiento se hizo viral gracias a un video que Ashley publicó en TikTok, en donde mostraba imágenes impactantes capturadas con una cámara térmica, revelando una franja naranja de calor que indicaba la presencia de la colmena dentro de la pared del dormitorio de su hija. La escena evocaba imágenes de una película de terror, con abejas zumbando y volando por la habitación, creando un ambiente de pesadilla.
En un esfuerzo por resolver el problema, Ashley y su familia contactaron a un apicultor profesional que se especializaba en la eliminación de enjambres de abejas. El primer día de operaciones, el apicultor logró eliminar a 20,000 abejas y más de 100 libras (45 kg) de panal de la pared. Pero esto fue solo el comienzo de una épica batalla.
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El segundo día, el experto en abejas regresó y eliminó otros 20,000 insectos, sellando la pared para evitar más problemas. Sin embargo, la lucha no había terminado. Otro descubrimiento espeluznante estaba esperando a la vuelta de la esquina: otra colonia de abejas con una reina dentro de las paredes, lo que requería otra extracción urgente.
El relato de Ashley sobre la invasión de abejas no solo capturó la atención de millones de espectadores en TikTok, sino que también generó un diluvio de comentarios y reacciones en las redes sociales.
Pero los problemas no terminaron con la evacuación de las abejas. La infestación dejó la casa de Ashley goteando miel como si fuera una galleta gigante, y para empeorar las cosas, la compañía de seguros se negó a cubrir los daños, argumentando que el problema no tenía nada que ver con la estructura de la casa.
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