Los 40 minutos que convirtieron a Jimi Hendrix en leyenda: una guitarra, un fósforo y “sexo” sobre el escenario

Los 40 minutos que convirtieron a Jimi Hendrix en leyenda: una guitarra, un fósforo y “sexo” sobre el escenario

Jimi Hendrix debutó en escenarios estadounidenses en 1967 y murió en 1970 por sobredosis de barbitúricos

 

El guitarrista se consagró ante 50.000 personas la noche de su debut en su país: en apenas un rato ya era un profeta en su tierra. Su carrera, atravesada por las adicciones, duró sólo cuatro años. Pero su mito es inolvidable

Cuarenta minutos, un fósforo y una botella de líquido inflamable le alcanzaron a Jimi Hendrix para volverse uno de los grandes tótems de la historia del rock. Bueno, tal vez a esa fórmula haya que sumarle algo más: el movimiento de sus dedos y el de su pelvis. Con todo eso y una Fender Stratocaster, el guitarrista nacido en Seattle se convirtió en una leyenda inolvidable.





Por Infobae

Fue el 18 de junio de 1967, hace casi seis décadas, en la primera presentación del músico estadounidense en su propio país. Esa noche, en el Monterey Pop Festival, Hendrix se volvió un profeta en su tierra. Fue por el virtuosismo con el que tocó la guitarra, por un talento que antes no se había visto en un rockero que se ocupara de ese instrumento -Jimi Hendrix fue el hombre que hizo que Pete Townshend le dijera a Eric Clapton que ambos iban a quedarse sin trabajo- y también porque, después de hacer gala de todo eso, incendió su guitarra, se le sentó detrás y movió la pelvis como si hubiera sexo entre él y la Fender, y agitó los dedos como si hiciera algún truco de magia para que el fuego creciera.

El fuego se apagó a golpes: después de incendiarla, Hendrix golpeó su guitarra contra el piso y contra sus amplificadores. La Stratocaster quedó destruida en apenas segundos. El músico acababa de terminar su presentación junto a Mitch Mitchell y Noel Redding -juntos eran The Jimi Hendrix Experience-: la última canción de un set de nueve temas había sido “Wild thing” (”Cosa salvaje”). Justo después de ese cover del músico estadounidense Chip Taylor, Hendrix buscó el líquido inflamable y lo derramó sobre la Fender. La verdadera cosa salvaje era ese fuego que ardía delante de unas 50.000 personas.

Foto rollingstone.com/Archivo

 

Monterrey, una ciudad californiana que queda más cerca de San Francisco que de Los Ángeles, fue la sede del primer gran festival multitudinario de la historia del rock. Allí se sembró la semilla de algo que florecería -en medio del estallido hippie– en Woodstock dos años después. El comité organizador del festival era de las grandes ligas: lo integraban Paul McCartney, Mick Jagger, Brian Wilson y Smokey Robinson.

Fue McCartney el que más lobby hizo para que Hendrix fuera parte del festival, que duró tres días y en el que se presentaron también The Who, Janis Joplin, Simon & Garfunkel y The Grateful Dead. El mismísimo Brian Jones, socio fundador de The Rolling Stones, fue el encargado de de anunciar a The Jimi Hendrix Experience sobre el escenario: “Quiero introducirles a un gran amigo, un compatriota de todos ustedes”, dijo Jones, que todavía sería un Stone por dos años más. “Un intérprete brillante y el guitarrista más excitante que escuché en mi vida… ¡The Jimi Hendrix Experience!”, los presentó

Esa noche, Hendrix tocó, entre varias canciones, “Like a rolling stone”, el cover de Bob Dylan que también interpretan los propios Stones, y también piezas como “Purple haze” y “Foxy lady”, que se volverían clásicos de una discografía -y sobre todo, de una carrera- corta. El músico de Seattle se presentó por primera vez en 1966 y, en 1970, por una sobredosis de barbitúricos, murió a los 27 años.

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